Había una vez hace mucho tiempo atrás una función por la que las marcas surgieron principalmente: la identificación.
Las mismas funcionaban como marcas de propiedad como el caso de las marcas de ganado o granos y también de calidad, origen y procedencia de productos en los primeros mercados.
Hasta acá nada que no sepamos.
Hoy, ya entrados en el siglo XXI, la "novedad" para las marcas es que deben cumplir con otra función superior y fundamental: la diferenciación.
En mercados saturados de alternativas en cualquier rubro y sector lo más importante es diferenciarse, destacarse del resto, sobresalir entre la competencia para tener una chance de ser elegidos.
La gran mayoría de productos y servicios se han convertido en comodities y aún los más innovadores son rápidamente imitados.
Es entonces cuando la marca con su propuesta de valor, su propósito, sus valores y su comunidad se convierte en una verdadera ventaja competitiva para cualquier negocio.
No sólo por que todo esto sea muy difícil de imitar sino por que además es muy valorado por su comunidad que gusta de sentirse, y cada vez más, parte en la construcción de "sus marcas".
Tu marca te diferencia? comparte un propósito? construye comunidad?
Tu marca es tu negocio.
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